Israel Arteaga Tovar.

Guia Acreditado, nacido y criado en San Miguel de Allende enfocado en la interpretación de la historia, cultura y naturaleza local al visitante. Amante y estudioso del arte, arqueología, destilados y gastronomía mexicana.

En esta sección abordaremos diferentes leyendas que son parte del folclore Sanmiguelense, se cotejará con la historia estudiada por los cronistas y los historiadores que se han sumergido a fondo en la tradición y la cultura de esta grandiosamente pequeña ciudad mexicana.

En esta primera entrega discutiremos una gran leyenda extendida en el legendario Sanmiguelense.

Itzcuinapan: Cuenta la leyenda que cuando Fray Juan de San

Miguel Nuestro

insigne fundador

llegó las faldas

del (ahora sí

depende a quién le preguntes) el monte de “Montezuma o el Monte que huma” se halló un buen día perdido entre sus frondosos bosques con sus perritos, pasadas las horas recorrieron las laderas hasta que los animalitos escaparon del lado del fraile perdiéndose entre la maleza, fray Juan ni tardo ni perezoso los siguió raudamente y se dio cuenta que sus juguetones xoloitzcuintles habían encontrado un caudaloso manantial al cual bautizó como la fuente de Itzcuinapan en honor a sus queridos animalitos, cuyo significado en voces náhuatl se interpreta en un nombre compuesto por:

los vocablos “Itzcuintli” por “perro” Y “Apan” por “río”, “Río de Perros”.

Hay que acotar que la mayoría de los nombres que se encuentran en los alrededores de San Miguel de allende de origen prehispánico provienen del náhuatl como “Cocomacan” hoy Dolores Hidalgo cuna de independencia nacional, cuyo vocablo significa “donde se cazan tórtolas”, o Atotonilco vocablo que significa donde el agua caliente brota, obviando la innegable influencia Mexica en el área antes de la conquista.

Ahora sabemos que Fray Juan de San Miguel no bautizó estas fuentes de agua ya que en realidad ya eran conocidas desde antes como lo señala el cronista real de indias “Don Antonio de Herrera Y Tordesillas”, quien cuenta como “Nicolás de San Luis Montañés”, “capitán general e indio cacique principal que se decía descendiente de los reyes y emperadores de la Provincia de Tula y Jilotepex guía al fraile hasta la fuente itzcuinapan .

El agua que rebosaba en las pozas que tan alegres se vertían por las laderas del monte que huma aún persisten al día de hoy, pero ya no dejan oír su ladrido por el pueblo pues de las fuentes se encuentran domadas al servicio de la ciudad y su rampante industria turística, Si se exploran las laderas al final de “La cañadita de los Aguacates” aún se puede oír como cae estrepitosa el agua calentita en una pila que manda por un tubo este vital líquido y alimentar la parte sur este del centro, de las pocas fuentes “salvajes” si se puede decir tal de los manantiales permanentes, sin duda el más bonito y prístino es el manantial de “Los Pocitos” allá por la entrada al Atascadero, estos fueron protegidos por nichos que son de perfecta proporción y altura para que una montura sacie su sed en ellos, hoy es un sitio recurrente entre los taxistas que al principio o al final de sus jornadas usan su agua para lavar sus taxis cuando no les fue lo suficientemente bien para pagar el autolavado, pero de todas las fuentes las más bellas, orgullosas y célebres son los baños del chorro, donde se suscita la segunda fundacion de San Miguel en el siglo XVI.

En el año de 1552, “La villa de San Miguel de Los Chichimecas” fundada originalmente en 1542 por Fray Juan de San Miguel, irónicamente, fue atacada por los caciques Chichimecas el Zorro y el Lobo, los españoles oriundos y sus aliado indígenas tuvieron que retirarse hacia las fuentes de Itzcuinapan liderados por “Fray Bernardo de Cossin”, a el ledebemos que en 1557 el ofrecimiento de los colonos al virrey “Luis de Velasco” de hombres, caballos, fortines, y fondos para la compra y manufactura de mosquetes, armaduras y demas insumos de guerra , para la proteccion del “Camino Real de Tierra Adentro” el cúal se extendia entre las minas mas importantes de la region desde Querétaro a Zacatecas, influencion para que el virrey ordenace la fundacion de “La Villa Fortificada de San Miguel El Grande”, construyendo “El Fortin de Santa Elena” cerca de las fuentes de Itzcuinapan para la proteccion de la tan importante y caudalosa ruta comercial y el desarrollo economico que coloco a la villa entre las mas ricas de la Nueva España.

Del siglo XVI al XVIII se desarrolla una infraestructura hidráulica para la distribución del líquido por medio de a tubos de arcilla acequias y cajas de agua, también fuentes que gracias a su ingeniería podrían elevar sus aguas hasta un segundo piso, lamentablemente hay hoy muy poca información sobre la infraestructura hidrahulica original del pueblo, incluyendo los míticos túneles que se extienden (Según cuentan) por toda la ciudad, pero ese será tema de otra leyenda sanmiguelense 16 Pozos sustentan el abastecimiento del agua en la ciudad actualmente mismos que no hace mucho tenían bien alimentadas nuestras cuestas, cuentan los que lo vieron como el desarrollo se comió algunas maravillas como el geiser que ahora es un pozo cerca del estadio de béisbol Sterling Dickinson, de cómo se podían pescar charales, acociles y hasta almejitas en la presa de las colonias, de cómo brotaba desde el monte un manantial de tímido pero de constante flujo que corría risueño por la calle de salida real a queretaro atravesando toda la calle principal hasta el bello Arroyo Las Cachinches, que lavaba el valle hasta el gran Río Laja de cuyas aguas se decía que eran razon de grandes pérdidas humanas y materiales a los arrieros que cruzaban por las veredas del valle en sus titánicas diligencias durante las copiosas y furiosas lluvias del verano. Hoy quedan los aljibes, los tinacos, las bombas de agua, la plomería que ha desplazado la faena diaria del aguador que por veinte centavos te proveía en las puertas de tu hogar o de lugar de trabajo el necesario refresco del cuerpo, las regaderas, tinas, jacuzzis y piscinas son las nuevas pozas que desplazaron a los baños del chorro o a las pozas de las tinajitas, donde ya no hay agua o está muy sucia y estancada para considerar un baño.

Palabras más palabras menos los que saben del tema no ven con buenos ojos el futuro de Itzcuinapan, se sabe que la cantidad de agua que cae a los mantos freáticos de nuestro pueblo no llegan a restablecer la cantidad de agua que depredativamente extraemos.

Los ancestros desarrollaron sus centros sociales, económicos y rituales alrededor del “Altepetl”, -Monte de Agua-, así como todas las civilizaciones del mundo en Mesoamérica la prosperidad crece cerca de las fuentes de este vital elemento, por eso es como nuestro altepetl debe subsistir por muchas generaciones más y para lograrlo hay que cuidar a Itzcuinapan.

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